“Alma Libertad”
Un pájaro era el alma de la niña Alma Libertad que dejaba su esencia en cualquier parte.
Nació con ese signo, desde la primera vez que abrió los ojos y despertó a la vida supo que había nacido con alma universal. No importaba a dónde la llevara el viento, sólo abría sus alas de múltiples texturas con plumas plagadas de colores y se iba hacia las alturas. Brotó a la vida en alguna parte de la naturaleza y de inmediato acomodó su alma en flor de loto para unificarse al Universo, así dejaba al pájaro volar y volar, aleteando al ritmo de los vientos en el mar de la vida.
Alma Libertad, descubrió que todos los lugares a dónde ella volaba eran hermosos y que cada uno de ellos podía alimentar sus sentidos. Sabía que su alma era infinita, recordaba que había sido ave por siempre, y por siempre seguiría siéndolo. Por esta razón, con facilidad y sin preocupación olvidaba su alma en cualquier parte. Fue en un alba muy azul cuando optó por crear un nido en cada lugar, así tendría calor de hogar cada vez que decidiera su memoria volver a cualquier parte de su cosmogonía.
Durante el día, los vuelos de Alma Libertad la dejaban extasiada y durante la noche se refugiaba en el nido de su corazón, así descansaba. Cerraba sus alas más grandes que su cuerpo y con ellas se envolvía, y de su interno brotaban cascadas de vida. De esta manera podía crecer sus sueños para la mañana siguiente y emprender nuevos vuelos a mayores alturas.
Su espacio era el Universo, su vuelo el de todas las aves y su meta, la de llegar a Dios.
Una noche vestida de arcoiris, cuando tejía su nido en el mar con hebras de la naturaleza, se dio cuenta que hilvanaba los latidos de vida, que la forma que su hilar tomaba era galáctica, que su alma se encontraba en todas partes y que los tiempos ya le pertenecían.
Julie Furlong
* Alma es el cuerpo del Espíritu: Apotégma Crístico.
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