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lundi 20 mai 2013

El Cuerpo de la Mujer Globalizada, Le corps de la femme globalisée, The globalized woman's body, Գլոբալացվող կնոջ մարմինը, جسد المرأة المعولمة لل.




El Cuerpo de la Mujer Globalizada, Le corps de la femme globalisée, The globalized woman's body, Գլոբալացվող կնոջ մարմինը, جسد المرأة المعولمة لل., Den globaliserade kvinnans kropp, 全球化的女人的身体, Il corpo della donna globalizzato, A globalizált női test, Die globalisierte Frau den Körper.

                 El cuerpo de la mujer globalizada

Desde siglos, en todos los tiempos, el cuerpo de la mujer ha sido un tabú explotado a toda luz. Para el hombre ha sido siempre -lo que sin ser censurado- puede transgredir, violar y por supuesto consumir a su antojo.

Esta Era del consumismo moderno está más que superdotado para seguir explotando “el cuerpo de la mujer”, en toda forma publicitaria virtual o no.

Históricamente está registrado que este recurso femenino para atraer consumidores masculinos, siempre se ha llevado la práctica a grandes índices de explotación.

Se utiliza el cuerpo femenino para vender un producto cualquiera, desde un refresco, una revista, una cerveza, un baguette, un taco hasta una torta. Bajo cualquier tipo físico femenino, venden absolutamente todo: el “atractivo visual”

El cuerpo de la mujer es el producto que ilustra la mayor sexualidad de mayor consumo, no solamente en los medios masivos sino en todo tipo de comercio. El  físico femenino lo utilizan los bares, las discos, incluso los que anuncian alimentos para niños.

Todo comercio contrata a jovencitas que les pagan simbólicamente bajo la promesa que se harán famosas; aceptan y sueñan con el Príncipe azul lleno de millones y con la fama en su bolsillo. El consumidor que se beneficia monetariamente de esto y/o físicamente, lo hace satisfaciendo su sentido primitivo: el Id, como le llamaría Carl G. Jung, Froid y una serie de autoridades en varias materias. “El Id refiere sólo al sentido primitivo que todo ser humano lleva en sí, es el instinto más bajo, el que predomina y guía a nuestro reino animal, ese impulso que tanto les cuesta dominar, porque ya ni en eso se ocupa el hombre común”.

Sin olvidar que el hombre es conquistador nato, la provocación del Id, incrementa el sentido primitivo que genera todo tipo de violaciones y agresiones, retando así el real valor femenino que posee toda mujer. Los que publicitan y denigran la esfinge femenina a su antojo,  han comprobado que vendiendo la imagen de una buena figura ofertan cualquier tipo de producto al consumidor.

Desafortunadamente muchas mujeres, también en busca de la apreciación del hombre, se inflan el pecho, el trasero y todo lo que pueden, incluso las hay que se ponen implantes en los muslos y pantorrillas. Aunque crean que se ven muy bien todo lo que es plástico, de plástico se ve.  Habrá que señalar que la voraz industrialización de la moda en aras de vender los trapos, ha esclavizado a un gran número de modelos llevándolas hacia la práctica de la anorexia y la bulimia, enfermedades mortales, sólo por cumplir con la norma que dictan los maniquís que no los reales cuerpos femeninos. No olvidar que hay gorditas muy felices; las menos pero las hay.

Una de las modernidades que hoy en día siguen muchas mujeres para conseguirse machos, es el mostrar al por mayor la desnudez de su cuerpo o del mandado hacer; portando prendas que muestren su pecho, su trasero de plástico, y lucir sus largas o cortas piernas, lo que tenga. Pero el desmesurado consumismo –vendido por sistemas vía excitante sexual- las obliga a ofertar el cuerpo que tanto atrae a los hombres.

La misma mujer se ha denigrando así misma. Actrices y modelos se ven incluidas en catálogos que las televisoras venden a la clase política, militar o del narco. Exponiéndose y aceptándose como un producto sexual a ofertar. Esta comercialización, ya tan de bajo índice vulgar, ha dejado atrás el significado del pudor, virtud que antes distinguía este género ante los hombres. Cuando una mujer sale desnuda al público, pierde el tan atesorado misterio que despierta al genero opuesto.

Los medios masivos que manipulan así al consumidor, han hecho creer a la mujer que sólo mostrando un buen cuerpo puede conquistar.  El ver cuerpos desnudos por doquier, sólo incrementa en el macho el deseo primitivo de su Id, a esto se debe que el hombre se ha vuelto tan animal, ¿pero como no?, si la mujer globalizada cada vez se desnuda más, se somete a cirugías inútiles para aparentar un cuerpo natural, para ser notada y cotizada. Pensando que la mujer no vale por nada más.

La mujer que sigue la modernidad de lo global, olvida que vale muchísimo más por si misma. Sumando todo lo que representa su género, todo aquello que muestra su capacidad en el acto de amar, en el acto de saberse ser compañera, amiga y madre y en el facto de ser una verdadera mujer para su hombre. Este tipo de mujer, o ya no existe, o se está extinguiendo al igual que la estirpe del verdadero hombre.

Julie Furlong

mardi 7 mai 2013

Los Heraldos Negros, Les hérauts Noir, The Black Heralds, والمنادون الأسود, 黑使者, Սեւ Heralds, The Black Härolder, Il Araldi Neri, ブラックヘラルド, The Black Herolde, The Black bebuder.




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 “Los heraldos negros”
Hay golpes en la vida ¡tan Fuertes!...Yo sí sé!
Golpes como el del odio del Dios, como si ante ellos
la resaca de todo lo sufrido, padecido y ultrajado a nuestro Ser
se empozara en el alma… Yo sí sé!
Son varios, y siguen siendo heraldos Negros

Serán tal vez,  los potros de los bárbaros Atilas que se confrontaron ante los Heraldos negros y nos destinan hacia aquél que acelera nuestra muerte.
Más allá de las caídas hondas que nos envían los Cristos del alma
De alguna fe adorable que traiciona y blasfema el destino.
Hay golpes en la vida tan Fuertes...Yo sí sé!... El que da el golpe, como lanza directa al corazón, anunciando llegada de Un Heraldo Negro más. En tiempos finales de una vida que se vivió en fe y confianza.
Epígrafe “Cesar Vallejo”: Los Heralos Negros.
Julie Furlong